viernes, 30 de mayo de 2008

Entrevista de The Clinic a Benjamín Paz


Algunos dicen que su historia es perfecta para escribir una novela: hijo de inmigrantes judíos, vivía cerca del matadero y en invierno usaba de guatero una botella de agua caliente. Estudió gratis en la Universidad de Chile y ninguno de sus compañeros recuerda su olfato empresarial. De la nada, Paz logró levantar un imperio, que se extiende a 7 regiones y próximamente a Perú, donde abundan las torres altas, de pequeños departamentos – incluso de 27 mts2.-donde vive o desea vivir buena parte de la clase media baja chilena. Justamente, por esto muchos colegas lo odian. Por destruir barrios y privilegiar utilidades por sobre la arquitectura. Acá Paz se defiende y explica por qué hace lo que hace.

Por Verónica Torres Foto Alejandro Olivares


¿Tiene enemigos?
A lo mejor los tengo y no lo sé.

¿Tendrá detractores?
Picasso tenía detractores tremendos que decían que las obras de él eran una payasada…y mira las payasadas que hizo el señor Picasso.

¿Se siente Picasso?
No, no, ja ja… Lo que quiero decir es que los artistas, y la arquitectura es un arte, están en la palestra de las críticas. Más todavía nosotros, que a diferencia de los médicos, no enterramos los errores, los tenemos a la vista. Ja ja…

¿Se siente artista?
Todos los arquitectos tenemos ese bichito metido. Además, en la universidad me dedicaba un poco a la pintura. Camilo Mori fue mi profesor y después con Nemesio Antúnez hice un taller de grabado de piedra. Siempre he hecho cosas artísticas.

¿Qué tienen de arte sus edificios?
Bueno, en los vestíbulos hemos colocado esculturas muy bonitas. Y tenemos cuadros también. Compramos cuadros bonitos y los ponemos, generalmente son grabados.

Pero el edificio en sí, ¿tiene valor artístico?
No. Mi arquitectura es más funcional.

¿Cómo es eso?
Pienso que la arquitectura es para desarrollar elementos que sirvan para la vida cotidiana, elementos que le entreguen a la persona el máximo de bienestar. Mi línea es funcionalista más que fachadista.

Germán del Sol considera que en sus edificios no hay arquitectura. Para él la arquitectura se relaciona con un gesto de cariño…
A Germán lo estimo mucho porque ha sabido mantener nuestro paisaje, pero muchas veces uno no tiene posibilidades de hacer eso porque hay reglamentos que lo encuadran. Cuando uno proyecta un terreno libre, concuerdo con él que puede hacer cosas que le llenen el corazón-

Hay gente que dice que sus edificios parecen mausoleos, nichos para muertos.
¿Qué me digan dónde? Oye, mi arquitectura es muy bonita. Pero no es una arquitectura para lucirse.

Albert Tidy dice que cuando usted construye no piensa en la ciudad sino que en el interés que percibe. Y que ahí se nota su egoísmo empresarial.
Siempre he tenido muchos encontrones con quienes no tienen experiencia empresarial. Porque ellos dicen “voy a hacer ciudad, voy a hacer arquitectura”. Pero ¿qué es hacer ciudad para ellos? ¿Hacer un plano regulador que fija el ancho de las calles? ¿Hacer un parque, una plaza, darle a la ciudad ciertos niveles de constructibilidad? ¿Eso es hacer ciudad, urbanismo? Esa es una utopía total. Porque yo no puedo hacer ciudad si tengo un terreno de 2 mil metros y estoy amarrado a unas ordenanzas municipales estrictísimas. Sólo puedo hacer un edificio. Yo no soy urbanista, ni he creado una nueva ciudad. Ésas las hacen señores como Óscar NIemeyer, que crea una ciudad como Brasilia porque puede. ¿Qué posibilidades tenemos nosotros? ¡Somos gatos en esta cuestión! ¿Qué me hablan de hacer ciudad, o de crear grandes espacios para mejorar la vía pública? Yo no puedo hacerlo. Muchos, hueón, hablan de hacer ciudad y al final no hacen nada. Yo por lo menos hago cosas.

¿Hay otros que sólo hablan?
Hay arquitectos muy buenos y hay otros que nunca han hecho nada, pero son muy buenos para criticar. Mira, antes la calle Fray Camilo Henríquez era el prostíbulo de Santiago, pero cuando nosotros construimos ahí, le cambiamos el pelo. ¡Eso es hacer ciudad! Ciudad real, dentro de las posibilidades que uno tiene. Porque si a mí me dan a proyectar una ciudad completa, voy a hacer unos parques fabulosos, avenidas anchas como las de Buenos Aires…Los intelectuales de la universidad son muy intelectuales, pero muy poco profesionales. Me gustaría que me definieran que es “hacer ciudad”. Te aseguro que la respuesta va a ser pura retórica, propia de libros de arquitectura del siglo pasado.


Chilenos Esnob

¿Usted es más arquitecto o empresario?
Buena pregunta. Soy arquitecto y empresario.

Pero cuando ve un edificio suyo ¿contempla la obra o se toca el bolsillo?
No me interesa tocarme el bolsillo. Eso lo ven los hijos (sus hijos). Para mí, ojalá que las cosas queden lo mejor posible.

Usted hace departamentos de 27 metros cuadrados ¿Se puede vivir en ese espacio?
Bueno, esos son departamentos para una persona.

Hay matrimonios con un perro viviendo en ellos…
Bueno, pero si esto no lo inventé yo… ¿Cómo crees tú que vive un matrimonio en España? Es un departamento de 30 metros cuadrados, de dos ambientes. Primero porque en la semana los dos trabajan y no necesitan tener algo mayor y los fines de semana se van fuera. Se trata de un departamento tipo dormitorio, que se construye en todo el mundo. Mis departamentos son las primeras viviendas, lo que significa que cuando ya tienen hijos, venden y se van a uno más grande. Oye, yo cuando me casé vivía en un departamento de 50 metros cuadrados.

Y cuando peleaba con su señora ¿uno se iba a la cocina y el otro se quedaba en el living?
Bueno, pero si no tienes otra posibilidad económica… La realidad de la gente siempre es menor a lo que quieren tener.

Entonces, ¿la gente tiene que ubicarse?
Tiene que ubicarse y vivir etapas: cuando uno es estudiante, o cuando recién se casa, no necesita más metros ni tampoco tiene la posibilidad económica de pagarlos.

Los espacios de sus edificios tienen que ver ¿con lo que le pueden pagar o en su juicio como arquitecto?
La arquitectura no tiene nada que ver con esto, sino con la gestión inmobiliaria que funciona de acuerdo a cánones que yo no inventé. ¿Qué puede adquirir la gente? Lo que dice su poder adquisitivo. Puede obtener hasta unos cuantos metros cuadrados y no más. Ahora, en ese espacio hacemos lo máximo de arquitectura, damos el máximo de confort. Anda a ver un departamento nuestro de dos ambientes. Es precioso. Con una cocina-bar, un living-comedor con terracita, un dormitorio en suite. Yo también hago departamentos grandes, pero en Gran Avenida no puedo porque la gente no puedo pagarlos. Y si no los voy a vender, mijita, para que voy a hacerlos.

¿Cómo ve a la clase media?
Es gente que ha ido mejorando ostensiblemente. Entre el 82 y ahora diría que ha aumentado en un 200 por ciento su poder adquisitivo. Hoy , incluso, el nivel cultural de la familia ha ido superándose. Lo más probable es que tengan un chico en la universidad, otro estudiando en el colegio y se las barajen perfectamente. Ahora sí, viven endeudados y son sacrificados: prefieren restringirse en la comida a dejar de pagar el dividendo de su casa.

Su publicidad apunta al chileno aspiracional ¿Cómo es ese chileno?
El chileno, en general, es esnob. A todos les gustaría vivir en Las Condes, La Reina, en Vitacura. Tienen ganas de mejorar, de surgir, de poner a sus hijos en mejores colegios. Ese espíritu aspiracional lo van cumpliendo en etapas y una es su vivienda propia.

Por los volúmenes de venta y de construcción, usted es dueño del Mc Donalds de la vivienda…
No porque lo mío no engorda. Ja, ja… Tampoco es chatarra porque para empezar no tengo una estandarización de edificios. Cada edificio es diferente.

Muchos los encuentran iguales…
Eh, eh, no creas tú, que las terminaciones de los edificios son diferentes…


El bien y el mal

¿Qué le provoca la plata?
Nunca he tenido mucho amor por el dinero. Un amigo mío dice “dinero va a sobrar, vida va a faltar” y eso opino yo. Soy un gozador: me gusta jugar golf, me voy a pescar al sur, me voy con mi mujer a Estados Unidos, el Caribe. El dinero por el dinero no me interesa. Mal que mal con lo que tengo puedo vivir perfectamente. A mí me interesa hacer cosas que tengan un sentido social. Por eso, nuestra infraestructura arquitectónica está enfocada a la vivienda tipo bajo medio. Nosotros no hacemos una vivienda cara.

¿Su casa cómo es?
Vivo en un departamento.

¿Es un Paz?
No, no, no es mío, ja, ja… Vivo en un conjunto de departamentos muy bonitos que tienen 2 piscinas temperadas. No voy nunca a las piscinas…A mí denme el golfito y estoy bien.

¿Es grande su departamento?
Muy grande, de 280 mts2. Tiene tres dormitorios, una sala de estar, living comedor, dormitorio de servicio. Antes tenía una casa en La Dehesa. Tenía dos mil metros y daba a la cancha de golf de La Dehesa. Ahí se criaron los niños, incluso, se casaron, pero cuando todos se fueron decidí irme al departamento y se la arrendé al embajador de Marruecos.

¿Cómo se vive en 280 mts2?
Es mi mujer la que se siente más cómoda, no yo. Por mí tendría un departamento más chico. El problema es que en esta etapa de la vida, cuando ya tengo tres hijos y diez nietos, necesito un comedor grande para poder recibirlos cuando vienen los sábados.

¿Hay una cuota de suerte en los negocios?
El 90% es suerte. Yo conozco empresarios que tiene una mala suerte increíble. Cada cosa que hacen es un fracaso, aunque las ideas no son malas. Mira, yo siempre fui de os reguletes de mi curso, pero cuando salí de la universidad nunca quise ser un empleado, aunque lo fui. Traté de salirme y la suerte me acompañó.

¿Cómo se sostiene esa suerte?
Yo soy un hombre que tiene diferenciado lo que es bueno y es malo. Esa es mi religión. Sé que no puedo perjudicar a nadie. Mi suegra, que en paz descanse, me decía “se generoso, haz obras de beneficencia, porque así Dios te va a dar más” y tenía mucha razón…

¿Qué obras de beneficencia ha hecho?
No sé si obras, al amigo que puedo ayudar lo ayudo. Ya sea, económicamente, dando la mano, algún trabajo, o de distintas formas. Eso lo tengo bien claro y metido en mi mente: uno debe ayudar al prójimo. Dios nos dio la suerte de ser exitosos y ojalá ese éxito podamos repartirlo un poco.

En ese sentido, qué me dice de las personas que están al lado de sus edificios y que alegan porque ya no les llega el sol y el flujo vehicular es mayor. ¿Qué pasa con su calidad de vida?
Es no es un problema que me afecte a mí. Afecta a la sociedad en general. Muchas veces he querido comprar la casita chica de al lado y les digo: “venda su casa, aproveche” y me dicen “no, porque paga poco”. Nos hemos visto obligados a construir el edificio al lado, pero es no ha sido culpa nuestra. Ellos son los que están equivocados en esa casita.

¿Las casas van a desaparecer?
En las grandes avenidas, claro. No en las zonas residenciales de vivienda. Las ciudades tienen que crecer. La población aumenta y también emigra hacia determinadas zonas. El progreso es imparable, sobre todo en países como nosotros que están creciendo mucho y bien.

Para el inmobiliario, ¿es necesario destruir para construir?
En este momento el patrimonio en Chile está muy defendido y no nos interesa tratar de acercarnos, para que no haya problemas. Tratamos de mantener el patrimonio. Fíjate tú que en el barrio de Santiago Poniente hago cinco pisos de altura con una fachada que no se salga de los cánones. Se están manteniendo las zonas típicas porque hay una ordenanza que lo determina así.

¿Usted es judío?
Si, pero no soy de los fanáticos. Celebro las fiestas más importantes, pero no soy de los que va a la sinagoga todas las semanas.

¿La Sinagoga de Serrano la tiene en vista para construir?
No podemos decir nada sobre eso. Como estamos en Bolsa, cualquier cosa de ese tipo no podemos contarla abiertamente.

¿Cómo va a hacer la ciudad del 2050?
Yo soy muy optimista. Creo que Santiago es una ciudad hermosa que ha ido cambiando para mejor. A mí no me vengan con que la ciudad es una aberración porque eso es falso. Santiago es precioso y toda la construcción que se está haciendo le ha ido subiendo el pelo a esta ciudad. Ya no es una ciudad publerina. Me acuerdo de antes, cuando iba a Buenos Aires, uno iba a otro mundo, iba a Europa. Llegaba aquí y decía “esto es una aldea”. Pero hoy ay no po’. Uno llega a Santiago y dice esto es una metrópoli. Se ven obras, auge, fuerza. Santiago va a ser una gran metrópoli. Yo viajo mucho y en estos 25 años hemos tenido un crecimiento que no ha tenido nadie en Sudamérica. Estoy en desacuerdo con aquellos que dicen que Santiago es feo. Esos señores no han recorrido Sudamérica, parece. Santiago es una ciudad linda para vivir.

¿Se ha dado cuenta de lo que ha pasado con la píldora del día después?
¿Cómo es posible que la gente pobre no la pueda tener? Me parece totalmente fuera de foco. Ahora, por mi negocio, mientras más gente nazca, mejor… ja, ja. Por mí, que no existieran ni las píldoras anticonceptivas, ja, ja…

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